O estudias, o adiós fútbol
El castigo es algo asociado a la cultura humana. Malas
acciones, en cualquier ámbito de la vida tienen su reprimenda, a mayor o menor
escala dependiendo de la gravedad de la acción. En muchas ocasiones, vemos
atónitos como actos tremendamente graves quedan impunes en la sociedad. Pero
retrocediendo en el tiempo, a nuestro pasado personal, ¿quién no ha sufrido un
castigo por parte de padres o tutores? que en muchas ocasiones hemos
considerado injusto. A medida que crecemos, que maduramos, somos conscientes de
la razón que tenían nuestros padres, y es que la forma de ver el mundo difiere
mucho con la madurez y el paso de los años. Generalmente, porque siempre hay
excepciones, los padres hicieron todo por el bien y el futuro del hijo, si bien
según su percepción, que también puede ser errónea en ocasiones.
Las principales razones de castigo o reprimenda por parte de
los padres a los hijos son comportamiento…. Y las notas!!!
Como norma, el castigo asociado a las notas será que el niño
deje de hacer algo que le apasiona, para que así tenga más tiempo y pueda
concentrarse más en estudiar. Es decir, que tenga menos distracciones. Para
este tipo de castigo se utilizan castigos como prohibir o reducir el tiempo de
ver la tv, de jugar a la consola, de navegar en internet, o tristemente de
practicar deporte, y en concreto, hablaremos de fútbol.
Seguramente los trabajadores o responsables de cada gremio
tendrán un argumento para rebatir al padre. El encargado de programación
infantil aducirá que sus espacios son educativos y buenos para el desarrollo
del niño, lo mismo que podrán aducir informáticos y diseñadores de videojuegos
(siempre y cuando hablemos de juegos acordes a la edad del niño). Aquí,
actuando como entrenador y educador, creo que llevamos las de quejarnos
nosotros.
Es cierto que el padre, lo que busca es lo mejor para su
hijo, busca un rendimiento para un futuro, que además, en los últimos tiempos
pinta muy negro, por lo que hay que ser aún más competitivo ante la escasez de
salidas profesionales y laborales, pero apartar de la práctica de actividad
física y deporte a un niño, por un bajo rendimiento escolar, es un error
gravísimo. En caso de castigo, quitarle tiempo de tele, de juego, de ordenador,
puede pasar, pero quitarle tiempo de deporte, de una actividad en la que va a
estar moviéndose, saltando, corriendo, interactuando con otros niños, es un
error gravísimo, que debería estar prohibido.
He conocido muchísimos casos de este tipo de padres, que
obcecados en el rendimiento escolar, no contento con los hijos, prohíben la
práctica deportiva. Buscan herir donde más duele al niño, para ver si así es
capaz de reaccionar, sin darse cuenta, que en la mayoría de los casos las malas
evaluaciones no tienen que ver con que el niño entrene dos o tres veces por
semana y juegue un partido en fin de semana. Sin preocuparse de las técnicas de
estudio del hijo, o del aprovechamiento real del tiempo delante de un libro o
unos apuntes. Muchos buenos futbolistas se pierden o ven frenada su proyección
por este tipo de acciones.
Sin ninguna duda, como educador, priorizo la actividad
escolar por encima del fútbol o el deporte, las notas, la formación, le darán
un futuro, el fútbol es un hipotético y realmente difícil futuro para una
ínfima parte de los jóvenes jugadores. Pero independientemente de futuro, lo
que nunca hay que privar a un niño es la práctica de actividad física y
deporte. En el moderno mundo en el que nos ha tocado vivir, el sedentarismo y
la comida basura provoca cada vez más obesidad infantil. El joven enganchado al
deporte por lo general tendrá menos tentaciones en la adolescencia, si
realmente le entusiasma el deporte, por lo tanto, ante las malas notas, hay mil
formas de castigar y de hacer reflexionar a un niño, pero de entre ellas,
suprimir la práctica de deporte nunca debería ser considerada.
Font: hambredefutbol.com
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