Los padres tienen una papel muy importante en la formación deportiva de sus hijos, tanto como el del profesor de educación física o el de su entrenador, ya que contribuyen a generar los hábitos deportivos del joven practicante. En ocasiones ( y se ve muy a menudo ) los padres pueden tener un comportamiento negativo frente a la práctica deportiva de sus hijos que pueden llegar a rechazar el deporte como medio de diversión y formación. ¿ Qué tipos de padres podemos observar en este sentido?
PADRES ANTIDEPORTIVOS:
Padres entrenadores en la banda: Entienden o creen entender en deporte que practica su hijo, realizando frecuentes sugerencias a los deportistas, contradiciendo al entrenador y desorganizando la estructura interna.
Padres excesivamente críticos: Nunca están satisfechos con la actuación de su hijo suelen reprenderlos y regañarlos, enfocando la practica deportiva como algo mas suyo que del hijo.
Padres vociferantes: No logran contenerse en las gradas y continuamente manifiestan sus pensamientos en voz alta, dirigiéndose a cualquier persona del campo de juego.
Padres sobre protectores: tienen excesiva preocupación por lo que le puede pasar al hijo en la practica deportiva.
Padres desinteresados: Muestran escaso o nulo interés por la actividad de sus hijos, no suelen acompañarlos a los entrenamientos y / o competiciones, no se preocupan ni se implican
PADRES DEPORTIVOS:
- Apoya e incentiva la práctica deportiva entendida esta como un proceso formativo integral que fomenta la relación social y la integración grupal.
- Tiene en cuenta los intereses deportivos del niño y no los suyos.
- Sabe distinguir entre la peligrosidad y la sobreprotección.
- Practica siempre que puede actividad física con sus hijos.
- Respeta las decisiones del entrenador y árbitros, enseñando a sus hijos que el juego también tiene normas que han de ser tenidas en cuenta para poder pasarlo bien.
- Hacen ver a sus hijos que la finalidad del deporte escolar, es la recreación y la socialización, por encima de los resultados deportivos.
- Enseña a ganar con humildad.
- Enseña a perder con deportividad.
- Recrimina la falta de respeto por los compañeros, rivales, entrenadores o árbitros.
- Fomenta la deportividad y no violencia.
Fuente: Proyecto Ludos del MEC y "Un psicólogo del deporte en la base" (SMOLL, 1991)