dijous, 15 de desembre del 2011

PAPÁ ES UN HOOLIGAN

Papá es un 'hooligan'



Un estudio revela que los padres son una de las principales causas de violencia en el deporte escolar - Muchos progenitores sucumben a lo emocional y sufren una transformación en los partidos - Los niños ya no quieren pasarlo bien, sino ganar.

La agresividad de los padres es uno de los motivos de la violencia en el deporte escolar, según un estudio.

"No estamos educados para ser espectadores", dice un psicólogo
Un árbitro dice: "He escuchado insultos más graves que en Primera División"
El tenis, siendo tan señorial, acumula muchos casos de antideportividad
Un padre admite: "El día que fui a un partido de mi hijo, me mandó callar"
La leyenda atribuye a Bernabéu la frase: "No me interesan juveniles con padre"
El entrenador es clave en la prevención de la violencia escolar
Los encuestados ven un reflejo de la agresividad general de la sociedad
Sin el tesón de los padres, tampoco habría deporte en las zonas rurales

Muchas causas para un problema:

 

Líderes de referencia. Curiosamente, la encuesta revela que el deporte espectáculo no es percibido como un agente de violencia en el deporte escolar. Sin embargo, los expertos consideran que las analogías son múltiples y se trasladan del gran estadio al patio del colegio.
La competitividad, entendida de forma aislada, es la tercera causa de agresiones o violencia entre los chicos que practican deporte. La necesidad de ganar prevalece sobre el afán de disfrutar.
El árbitro, aparentemente, deja de ser protagonista en este tramo de la competición deportiva. La falta de respeto al juez es la sexta causa de la violencia verbal o física. Sin embargo, se han producido muchos casos de agresiones de los jugadores o espectadores a los árbitros en este territorio deportivo.
La violencia social general sí se entiende como un reflejo para la violencia en el deporte. La mayoría de los encuestados considera que totalmente o en gran medida es el origen de los comportamientos que luego se reproducen en el campo de juego.
La solución pasa por los programas de concienciación a los padres/madres y familiares.